El foie gras es uno de esos productos que, a fuerza de ser considerados nobles, han terminado por mal emplearse hasta la extenuación en cartas y mesas. Quizá podríamos decir que uno de los hitos de los años ochenta fue la llegada del foie, siendo la década de los noventa la de una popularización diríase que excesiva que llevó el solomillo al foie al paradigma de lujo y sofisticación gastronómica de la clase media.
¡Ah, si al menos lo que se sirviese fueran micuits realizados por el propio restaurante a partir de los mejores hígados grasos! Pero no, las mousse, los blocs y demás emulsiones procedentes de hígados sobre explotados son las que lamentablemente encontramos en los restaurantes de la parte ancha de la pirámide.
Como nos ocurrió en el caso del jamón, del que sabíamos comerlo pero no tanto cómo era su proceso de elaboración, debemos reconocer que, a pesar de los esfuerzos divulgativos del profesor Raimundo García del Moral, nuestra ignorancia con respecto al mundo del foie gras es abrumadora. Por ello, para satisfacer la curiosidad y el ansia de saber de nuestros ávidos lectores, y porque no decirlo, para darnos un buen homenaje, nos propusimos visitar Les Treilles Gourmandes, una reputada fábrica de foie gras en las inmediaciones del Loira, a las afueras de Angers. Si bien el valle del Loira no es lugar de crianza de los animales, está relativamente a medio camino entre las principales zonas productoras, como las Landas o la Bretaña. Pero, antes de nada, remitámonos a los principios y la legislación.
Foie gras quiere decir literalmente hígado graso y es el resultado de una característica propia de las aves migratorias: la de acumular reservas en el hígado para poder afrontar los largos viajes. Cuando éstas se preparan para la migración, ingieren alimento en exceso, lo que hipertrofia su hígado, que durante el viaje va adelgazando a medida que el animal requiere la energía para seguir volando. Este hecho contradice la creencia popular de que el cebado de los patos supone provocarles una enfermedad a los animales, puesto que si dejásemos de alimentar al animal el hígado volvería a su estado normal.
En cuanto al producto terminado, para considerarse foie gras, conforme la legislación europea, se deben de dar las siguientes condiciones: el hígado de estas aves tiene que pesar un mínimo de 250 gramos en el caso de los patos y un mínimo de 400 gramos en las ocas debiendo de haber sido alimentadas mediante un proceso de cebado. (Reglamento (CEE) nº 1538/91 de la Comisión, de 5 de junio de 1991, que establece las disposiciones de aplicación del Reglamento (CEE) nº 1906/90 por el que se establecen normas de comercialización aplicables a las aves de corral).
Nada más llegar a la fábrica, sorprende comprobar la ausencia de patos, lo que nos recordó a los inexistentes cerdos de Guijuelo. La legislación impide a las empresas transformadoras criar los patos en la misma granja, con la salvedad de una cantidad bastante generosa (50 aves por semana) para autoconsumo de la familia propietaria. Si tenemos en cuenta que en la fábrica que visitamos transformaban el equivalente a 3000 patos cada semana. La ley francesa impide, además, que la producción y sacrificio de los patos se realice en el mismo lugar donde se produce la transformación en el producto final.
Hay varios aspectos que determinan la calidad de un foie gras. El primero es el tiempo que transcurre entre el sacrificio del animal y la transformación en el producto final. Una vez sacrificados los patos, procedentes de granjas controladas en Bretaña (en el caso de la mejor calidad de la empresa que visitamos), los animales se envían despiezados a la granja. El foie-gras debe trabajarse antes de las 24 horas de la muerte del pato para evitar la transformación celular del hígado, lo que degrada su calidad. De ahí la importancia de una buena cadena de aprovisionamiento. El resto del despiece, muslos y pechugas, que se transforman en magrets ahumados y confits, no son tan sensibles como la víscera, y tienen una cadena de aprovisionamiento diferente.
El segundo aspecto determinante de la calidad de un foie-gras viene es el peso del hígado de partida. En contra de lo que parece, para obtener la máxima calidad, no es mejor cuanto mayor sea el hígado, sino que el tamaño idóneo está entre 450 y 550 gramos por pieza. En una mesa de selección se separan los mejores, en ese intervalo de pesos, y se destinan los que están fuera del intervalo a productos más baratos como el bloc, la mousse o las terrinas.
Una vez clasificados por calidades, a todos los hígados se les quita la vena hepática así como los diferentes nervios. A continuación, y dependiendo de las necesidades de cada restaurante o detallista, se les aplica una receta en forma de combinación de especias diferente, en la que suelen incorporar 17 gramos de sal por kilo de hígado y se procede a la cocción.
Finalmente, en función del tipo de producto que se vaya a elaborar, se aplican los procesos apropiados para llegar a un micuit (necesita cadena de frío a 4ºC) o una conserva. El micuit tiene una fecha de consumo preferente de apenas dos meses desde su elaboración, mientras que la conserva tiene un plazo más amplio, que llega a los cuarenta y ocho meses. Como quiera que la demanda de foie gras es claramente estacional (concentrado en la Navidad), las transformadoras normalmente acumulan producto terminado en grandes latas que luego son re-envasadas de cara a la campaña navideña, para poder mantener una regularidad en la carga de trabajo.
El foie-gras de la más alta calidad debe tener un tacto firme pero al mismo tiempo muy mantecoso, indicativo de una cantidad de grasa justa que sirve de amalgama a una víscera sin degradación celular. Para degustarlo, unas escamas de de sal añaden la justa textura y compensan la tendencia a reducir la cantidad de sal incorporada en la transformación, tendencia que es consecuencia del pacto suscrito por la industria alimentaria francesa para una alimentación más saludable.
Pisto y Nopisto
Es la primera vez que visito la página. Me ha gustado mucho. Además, el artículo sobre el foie gras me parece perfecto: cierto, veraz y muy clarificador. Perfecto. Gracias.
Nopisto,
Gracias por la receta anterior y enhorabuena por el nuevo post, aunque he echado de menos algo más de longitud y detalle en lo que seguro habéis visto.
No os cortéis…
Magnífico post. Para guardar.
A los seres humanos nos pasa lo mismo: el hígado se agranda y se torna amarillento por acúmulo de grasa como consecuencia de excesos continuados al comer y beber. Jovencitos habituales del botellón tienen ya en muchos casos un foie de características similares al que muestras en las fotos, doy fé. Es un proceso casi siempre reversible como en las aves siempre que no evolucione a la cirrosis pero requiere retornar a los hábitos saludables y eso no siempre es fácil.
Buen reportaje sin duda,
Saludos.
Había visto el reporte en flickr y tenía muchas ganas de leer el artículo. Enhorabuena, muy ilustrativo.
Por cierto, qué preferís para mi-cuit ¿pato o oca?, ¿y para hacer fresco vuelta y vuelta?
Un abrazo.
Muchas gracias a todos por vuestras alabanzas. JAC, no te creas que podríamos escribir mucho más (al menos, que sea medianamente interesante).
Torino, les preguntamos precisamente si el pato era preferible a la oca, y creo recordar que dijeron que trabajar con ocas era muchísimo más caro y bastante difícil, por lo que prácticamente la transformación en Francia se estaba dedicando por completo al pato.
En cuanto a mis preferencias particulares, sólo puedo decir que me falta experiencia para poder sacar conclusiones. Lo siento.
Las ocas son prácticamente inexistentes por sus costes, aunque yo considero que tienen un sabor más fino y profundo.
Para hacer fresco lo que tengo claro es que la calidad es fundamental, en sartén o plancha de fondo muy grueso, muy caliente y vuelta y vuelta.
Buen post.
Hay una frase en él, que describe muy bien el supino snobismo que aletea alrededor de este «maravilloso» producto:
«»una popularización diríase que excesiva que llevó el solomillo al foie al paradigma de lujo y sofisticación gastronómica de la clase media»».
Dicho esto, y con poca variación de los años noventa a los que corren actualmente, me parece un producto no mas excelso a otros de importe diez veces menor pero caído en la desgracia de haber llegado a un público mayoritariamente desconocedor de una buena gastronomía en general, elevando este producto al culmen de la ignorancia gastronómica.
Y otra cosa, que muy bien apunta Enric -aunque se base en los humanos- la alimentación de estos patos es básica, ya que no es lo mismo cebarlos con una pasta de pienso compuesto que de cereales puros. Hace ya unas canas atrás, pude comprobar la diferencia, viendo como se diluían en aceite aquellos que mayor interés tenían en cebar cuanto antes a los patos.
En primer lugar, me alegra ver que estais retomando un buen ritmo de entradas nuevas. Sé que no siempre es fácil, pero se agradece mucho leer vuestros comentarios y reflexiones.
Sobre el tema de los foies, después de leer vuestro blog, estuve indagando un poco más y me sorprendió mucho encontrar que por lo visto, los foies en conserva evolucionan con el tiempo, siendo su momento óptimo de consumo justo muy próximo al de su caducidad.
Sobre la profundidad de la entrada, yo creo que es la adecuada, ya que siempre se puede investigar a título personal en internet como yo hice. En la wikipedia sin ir más lejos, hacen un desglose bastante interesante sobre modos de preparación del producto, y remiten a artículos muy curiosos para quien quiera seguir profundizando. Pero por supuesto, carecen del toque personal de los conductores de este blog.
Enhorabuena una vez más
Nopisto,
Hemos consumado la odisea y la receta del boeuf a la bourguignon ha sido sencillamente espectacular.
Con alguna variación, sobre todo con un tiempo de cocción más reducido, el resultado ha sido impresionante.
Les animo a probar porque merece la pena.
Me alegro Jac, a ver si encontramos un hueco en nuestras agendas y la hacemos.
Un saludo.
No es una de mis debilidades, pero reconozco que con cebolla caramelizada o confitura de frmabuesa, me gusta bastante.
Como siempre el fulanito de turno lleva la mascarilla por debajo del bigote, así que no sirve para nada