En octubre de 2004, Robert Parker publicó una columna en el semanario la revista Food and Wine, en la que realizó doce predicciones sobre el futuro a medio plazo del panorama vinícola mundial. Pues bien, la tercera de esas predicciones, titulada «World bidding wars will begin for top wines» rezaba así:
La competencia por obtener los mejores vinos del mundo crecerá exponencialmente y los vinos de producción más limitada serán cada vez más caros y más difíciles de conseguir. El mayor interés por el buen vino en Asia, Sudamérica y Europa Central y del Este, así como Rusia, incrementarán aún más esta tendencia. Habrá auténticas batallas en las casas de subastas por los vinos más admirados y, no importa cuán desproporcionados nos parezcan hoy sus precios, representan sólo una fracción de lo que serán en el futuro. Si los estadounidenses se escandalizan cuando el precio de un gran Burdeos (USD 4000 la caja de 12 botellas), dentro de diez años una caja de una gran añada de un gran Burdeos costará más de USD 10.000… por lo menos. El razonamiento es simple. La oferta de estos grandes vinos es limitada, y la demanda se multiplicará por diez.
Apenas año y medio después, la profecía está a punto de cumplirse. El alborozo de los bordeleses ante las magníficas condiciones climatológicas de la cosecha 2005 se ha visto confirmada tras las degustaciones realizadas en primeur el pasado mes de abril.
Los negociants (mayoristas que tienen el privilegio de comprar el vino a las bodegas) han puesto la maquinaria publicitaria a funcionar y los vinos, aún con la crianza en barrica en sus inicios han empezado a salir al mercado en «versión futuro» (pagas hoy y recibes el vino en 2008). A fecha de hoy, 21 de junio de 2006, el incremento promedio del precio es de un 70% sobre los precios de 2004 y los vinos mejor calificados (y otros que no tanto) han multiplicado sus precios hasta por tres (Cos d’Estournel 2005 ha salido al mercado al triple del precio que el 2000) o por dos (La Mondotte a 304 euros por botella, Pavie a 270 euros, Pape Clement a 126 euros…). Se pueden consultar los precios de los vinos que van siendo ofertados día a día en la página de Bordoverview, aunque los bordófilos deberán hacerlo mientras están sentados.
Mientras tanto, en el foro de eRobertparker, hay un hilo en el que se han posteado más de 1.400 mensajes y que ha recibido más de 45.000 lecturas. En él se debate sobre la locura de estos precios y la traición que suponen a los bordófilos de siempre. Hay quien vaticina que la burbuja se desinflará y hay quien dice que si no te gusta el precio nadie te obliga a comprar. Como se vé, hay opiniones y posturas para todos los gustos.
Lo que está claro es que los grandes vinos ya no cotizan en el mercado como alimentos, o por su capacidad de provocar placer a los más hedonistas. Hoy en día, los grandes Burdeos de grandes añadas son objeto de inversión por parte de fondos financieros que compran con la expectativa de su revalorización futura a niveles superiores a los de las alternativas de inversión en los mercados «tradicionales». Nada nuevo, los franceses en tiempos no muy lejanos compraban un par de cajas de estos vinos con la idea de vender una de ellas para financiar la posibilidad de beber la otra. Al fin y al cabo, para que los precios de los Burdeos del 2005 nos parezcan baratos, lo único que hace falta es otra grandísima cosecha en los próximos cinco años. De hecho, esta misma situación la vivimos hace cinco años con la añada 2000 y hoy los precios del 2000 nos parecen baratos teniendo en cuenta lo que nos piden por los 2005. Y, de hecho, las bodegas son conscientes de que una gran cosecha ayuda, y mucho, a vender las anteriores porque los precios parecen más razonables al cambiar el precio de referencia.
Por cierto, el que no tenga 5000 euros para comprar una caja de Latour 2005 debería visitar este enlace. Si la bodega pone al servicio del vino la misma creatividad que al servicio de su política de comunicación, el éxito está asegurado.
pisto
Hace unos días, en mi casi recién estrenado blog, comentaba también, algo sarcásticamente, la «historicidad» de esta cosecha 2005 de Burdeos, a propósito de los comentarios de Anthony Barton (Château Léoville Barton), y decía que ya estábamos a punto de abrir la discusión sobre el tema (como tan bien demuestran los datos recogidos en este post). Hoy, sin tanto sarcasmo pero con más sinceridad por mi parte, creo intuir, en tu comentario de la noticia, un cierto tono de tristeza que, si tal es, comparto plenamente. Yo me considero un bordófilo, como tú llamas a los amantes del Burdeos, pero tengo un grave inconveniente para tal condición: mi humilde bolsillo a la hora de poder comprar. Me sabe mal, claro está, porque algunos de los grandes vinos (grandes por su condición de tales vinos, no por la mercadotecnia que les acompañe) me están, desde ya, absolutamente vedados (todavía recuerdo la visita a alguna de las grandes tiendas de St.Émilion, esta primavera, y cómo, sin ni tan siquiera salir de su «aposento», mi cartera sigue temblando todavía); pero por otra parte, siempre nos quedará el ingenio y las ganas de conocer y de catar: viajar estando atentos a los comentarios de la gente del lugar, visitar los bodegas menos mercadotecnizadas, catar y poder comprar al bodeguero, seguirán deparándonos, por lo menos, algunas agradables sorpresas, éstas sí, doblemente satisfactorias: por el precio razonablemente pagado y por el vino «descubierto». Por supuesto, esto no es una crítica a quien puede permitirse según qué cosas, sino más bien a una cierta manera de «hacer las cosas» en algunas grandes zonas vitivinícolas: cuando se palpa realmente la crisis, surge una nueva «añada histórica» y la maquinaria se engrasa de nuevo para unos pocos años más. ¡Vaya! Lo lamento, claro, entre otras cosas porqué no podré opinar sobre la mayoria de los vinos que «cimentarán» tal añada histórica.
Salut! Joan
Me siento muy afortunado disfrutando con vinos localizados a precios decentes. Esas «barbaridades» no son necesarias; las dejo para otros. La verdad, no le veo el mérito, ni la gracia.
Eso, sí, el post es muy interesante;-).
Bien, en efecto yo no criticaré a quien tenga el dinero para pagar un Cheval Blanc de 2005 o un Margaux, etc., pero pienso como tú, que la gracia de verdad, y el mérito, están en encontrar buenos vinos a precios adecuados, en Burdeos o en el Priorato o donde sea, no en entrar en la tienda con una visa platino y ponerla a trabajar a destajo. Eso es muy fácil.
Por partes, soy bordófilo y eso lo sabe cualquiera que se haya aburrido con las anotaciones anteriores. Eso no quita para que me gusten los buenos vinos sean de donde sean y tengan el precio que tengan. El Ostatu 2004 que abrí el martes y el José Pariente que abrí hoy son vinos excelentes a precios muy razonables.
Sí que me entristece ver cómo estos vinos se salen irremediablemente de mi presupuesto, porque son buenos vinos y el afán especulativo (que me parece totalmente lícito) los saca del mercado de los que desearíamos beberlos y no coleccionarlos.
Como es un problema sin solución, la mejor opción es la de encantadisimo. A otra cosa.
pisto
En este enlace que comentas, se habla de Marqués de Olivara como referente para el futuro. Yo lo prové antes de salir al mercado y me gustó, vaya si me gustó. Su enóloga, Koro, anteriormente en Liberalia Enológica, ha hecho, creo humildemnete, bien los deberes. Un saludo.
Roberto
Roberto,
ignoro si el vino está bueno o no. Si tu me dices que te gustó no tengo porque negarlo. Pero lo de ese enlace (al que llegué por serendipia haciendo una búsqueda de información para la anotación) es grotesco.
Fíjate en el titular: «Los vinos de la bodega Marqués de Olivara, adscrita a la DO TORO, serán los vinos españoles más demandados del mundo antes del 2015»
Vaya, creo que se les fué la mano. Como mucho, la predicción 6 de Parker dice que España será una de las estrellas del futuro y que, dentro de ella, las regiones hoy emergentes como Toro, Jumilla y Priorat habrán sobrepasado en demanda a las regiones más tradicionales como Rioja.
Más allá de que me parece que la premonición va bastante desencaminada (el tipo no ha pisado ni un viñedo español y, de hecho, no ha catado demasiados vinos españoles), colegir de esa sexta predicción que los vinos de Marqués de Olivara serán los vinos españoles más demandados del mundo va un larguíiiiisimo trecho.
De hecho, si eso estuviera publicado en la web de la bodega sería constitutivo de infracción de Ley 34/1988, de 11 de noviembre de 1988, General de publicidad en su art. 3.
Y tanto que es……sospechoso. Desde luego el dinero que mueve esta empresa es incalculable, tanto como para que este tipo, a golpe supuestamente de talón-mira que supongo- hace críticas a la medida. Con mi comentario me rfería a que el vino estaba, en mi modesta opinión y en opinión de algunos de los que me acompañaban, muy bueno, casi redondo cuando estaba a punto de salir. Lo que diga el tal Parker me parece muy bien pero ya sabes que soy bastante desconsiderado con los críticos y sus críticas, vamos, que en muchas ocasiones funcionan a golpe de «trato» y de sobervia. Y sí, esta crítica es de las que llamo de «algodón de azúcar». Ojo, que lo que sí pienso es que la D.O Toro puede darnos muchas alegrías a los consumidores, a los críticos depende. Un saludo.
P.D: Tremenda envidia me has dado con el post de quesos.
Solo un apunte (y con razón mel llamareis rompehuevos), pero la Food & Wine es mensual, no semanal.
Upppps, lo voy a corregir!!! caray que marcaje 😉