Es sabido que 2005 ha sido declarado por la Asamblea General de la ONU Año Internacional de la Física. Coincide, además, con el centenario de la publicación de la Teoría Especial, la cual forma junto a la Teoría General, lo que se conoce universalmente como la Teoría de la Relatividad. Pues bien, en febrero de 1923, Einstein fué invitado a Barcelona, y el 27 de febrero de ese mismo año, un grupo de científicos catalanes agasajaron a Einstein a su paso por Barcelona con una cena en la que el menú era, cuando menos, curioso, tal y como indica El País en su edición de hoy:
El menú, escrito con letras góticas en latín relativista -calificaron los periódicos de entonces- escondía un pequeño enigma en cada plato: Homo platonicus secundum Diogenem cum jure Michelsoniense, Malum parvum cum Doppler effectu, Fructus Galilei, Caffea sobraliensis cum spirituosibus liquoribus et vectoribus tabacalibus. No era más que una broma simpática de los científicos catalanes que le recibieron en aquella visita. Pero ¿qué significaba todo aquello?
Según Carmen Morán, periodista de El País, el nombre de cada uno de los platos no era sinó una pequeña broma con raíces científicas o filosóficas. Pues bien, parece ser que existe la intención de repetir la cena en un futuro próximo. La convocatoria, en la revista Quark (Enlace Roto).
Esta noticia ha llegado a nosotros por cortesía de Álvaro Roldán.