Las grandes zonas vinícolas del viejo mundo están vinculadas a grandes rios. Así ocurre el Rin, el Mosela, el Garona y el Dordoña, el Ródano, el Ebro y, por supuesto el Duero. La cuenca del Duero y sus afluentes está salpicada de viñedos que abarcan a algunos de los más grandes vinos del mundo, desde los Riberas del Duero a los Oportos, pasando por muchas otras denominaciones menos conocidas.
Así que, animados por un artículo de Elmundovino, preparamos una cata de vinos del Duero de la controvertida añada 2003. La añada de la canícula, que en Burdeos dió la penúltima añada del siglo mientras en Borgoña los vinos parecen carecer de la finura y el potencial de guarda de la añada 2002. En el Duero, el 2003 dió grandísimos Oportos pero en la parte española del Duero dió vinos más cálidos de lo habitual, en el límite de la sobremaduración y, en ocasiones, faltos de acidez. La situación en Portugal nos era desconocida, así que, buscando en diferentes tiendas online, nos hicimos con tres de los más famosos tintos secos del Douro. Un Tres Bagos Grande Escolha de Lavradores de Feitoria, un Touriga Nacional de Quinta do Crasto y un Quinta do Vale Meao.
Los enfrentamos a un Ribera del Duero como Emilio Moro Malleolus, a un Mauro y a un Dehesa Gago Pago La Jara. La cata fue a ciegas, con las botellas tapadas, y apenas sin aireación, aunque estuvimos charlando sobre los vinos durante más de una hora y luego cenamos con ellos. Estas son las impresiones: Destacaría la uniformidad de todos los vinos, que eran muy buenos en el peor de los casos. Y destacar también la buena integración de la madera en todos los casos. Tengo que decir que en pocas catas hemos tenido tal nivel de vinos, y que fuera tan dificil encontrar diferencias en cuanto a sensaciones y a puntuaciones entre ellos.
Lavradores de Feitoria «Tres Bagos Grande Escolha» 2003 rojo picota muy brillante, el más bonito de todos los vinos sobre la mesa. Lácticos, fruta negra en sazón, pimienta, elegante. Ataca con buena acidez, el paso medio adolece de un poco de fofura (nada exagerado) y muestra taninos muy finos pero aún firmes. 95 puntos. 35 euros.
Emilio Moro «Malleolus» 2003 rojo picota algo menos brillante, compota de fruta negra, algo sobremaduro, fino en cualquier caso el uso de la madera. En boca es elegante, con tanino firme. Quizá le falta un poco de complejidad. 91 puntos. 26 euros.
Quinta do Vale Meao 2003 rojo picota casi opaco, inicialmente muchas notas de coca-cola, en subsiguientes pasadas salen notas dulces, golosón, algo artificial. Tánico y más serio en boca que en nariz. Para algunos fue el mejor vino de la noche, yo pienso que era menos vino que el Tres Bagos por una nariz muy golosínica. 91-92 puntos. 31 euros.
Quinta do Crasto Touriga Nacional 2003 rojo picota muy brillante, casi al nivel del Tres Bagos. Inicialmente cerradísimo, con mucha cuadra. Luego se abre a nuez moscada, muy serio aunque quizá algo falto de expresión frutal. La acidez es evidente y, en ocasiones, algo desligada. Sin embargo, se muestra como el más característico de la cata por esas notas de nuez moscada. Tuvo firmes defensores, a mí me pareció que estaba por ensamblar. 93 puntos. 37 euros.
Dehesa Gago Pago La Jara 2003 Rojo picota un poco apagado. Suciete al principio en nariz, luego salen notas torrefactadas y de humo por doquier, que enmascaran la expresión frutal. En boca es probablemente en vino con más cuerpo sobre la mesa, pero el exceso de madera lo penaliza en mi opinión pues es pesado en boca con tendencia al chocolate. 91 puntos. 33 euros.
Mauro 2003 Rojo picota muy brillante. Muy austero al principio, a algunos les horrorizó desde el principio (aceitunas negras, decían, no sin falta de tino) pero a mí me pareció que tenía excelente materia prima por ensamblar, con un uso de la madera apropiado y con fruta abundante. En boca era el vino más duro sobre la mesa, y la sensación tánica enmascaraba sus virtudes. En su estado actual 89 puntos. 22 euros
pisto.