La semana pasada anduvimos por Cataluña, ya ha contado algo Pisto, y como no, ibamos dispuestos a comernos y bebernos todo lo que se nos puesiese por delante.
Gracias a otros amigos de la blogsfera llevábamos los deberes hechos, lo que no quita que nos llevásemos más de una alegría y también alguna decepción.
La alegría llegó con Paco Meralgo una excelente recomendación del amigo encantadísimo que nos envió a este moderno bar de tapas en medio del ensanche y donde sirven unos excelentes platillos de inspiración mediterranea con una alegría desbordante. Un sabroso y suelto arroz negro, un original tripartito de setas y un delicioso steak tartare hicieron una comida más que satisfactoria, en un ambiente desenfadado y convivencial que dirían los de Slow Food.
La decepción, que no fue tal, vino con Cal Pep, una inmensa barra en la parte baja de Barcelona donde se agolpan habituales, turistas y curiosos a comer algunas buenas raciones servidas eficientemente. El error que cometimos fué dejarnos aconsejar por los camareros que nos dieron unas de cal como las espléndidas almejas con jamón o una buena tortilla paisana y la de arena con unos prescindibles fritos mixtos de pescado. El sitio, aunque turístico, es recomendable y por eso lo pongo aquí, pero tras ojear lo que pedían los habituales la próxima vez pido el arroz con langosta o el atun marinado que devoraban con fruición a ambos flancos de la barra. El problema como siempre fueron las expectativas, uno sabía que iba a un bar de tapas, pero cuando piensas que está en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo, y aunque no me fio de esas listas ( y menos si son inglesas) si que iba esperando el mega bar de tapas y me encontré con un buen, pero sobrevalorado, bar de raciones. (Continuará…)
Nopisto
Cal Pep en en lugar 31 de los mejores del mundo. Alucino.
Coincido con tu apreciación sobre lo interesante de la propuesta, la irregularidad de los platos y sobretodo, con el mal punto de las frituras.
Precisamente una de esas motivó que dejara de ir, hará ya más de tres años.