Comida aérea, que no etérea

Lorenzo Silva lo dice mejor que nadie:

… la mayoría del pasaje, Chamorro y yo incluídos, se dejó manejar con esa admirable docilidad ovina que desarrollan los humanos cuando se hallan en un contexto aeroportuario. Llegado el momento, todo el mundo se abrochó el cinturón, se cercioró de que la mesita estuviera plegada y el teléfono móvil apagado y se encomendó a la presunta pericia del piloto, pese a que su voz gangosa y atiplada, y sus confusas explicaciones bilingües sobre la causa del retraso, no movían en modo alguno a la confianza. Es curioso constatar cómo el personal se pasa la vida midiendo al milímetro actos nimios y luego, de prongo, se lo juega todo a una carta dudosa y desconocida. Alguno pareció escuchar con especial atención el rugido de las turbinas durante el despegue, por si notaba algo raro, pero los más se abstraían en sus periódicos o revistas intentando no pensar en que iban a bordo de un montón de chatarra en potencia que se separaba imprudentemente del suelo. (La Niebla y la Doncella).

Pues bien, a la docilidad ovina que nos caracteriza, se añade la capacidad que tenemos de comer esos infames bocadillos frios, esos arroces infames, esa minicolaloca que no te da más que para tres sorbos. De hecho, seguro que los tomates cherry fueron el resultado de una joint venture entre varias líneas aéreas y una empresa de transgénicos. El caso es que pretenden hacernos creer que así nos dan servicio y que mejor eso que lo de las líneas aéreas de bajo coste.

Dicen que British Airways es el mayor comprador de Champagne del mundo, lo cual me hace sospechar que en Business Class o en Primera Clase lo deben poner por magnums, porque lo que es en turista…

¿Alguna experiencia de comida de avión que merezca la pena? Yo no he tenido ninguna, aunque recuerdo que cuando me iba en el verano a aprender idiomas, la comida del avión de vuelta siempre me sabía mucho mejor que la del avión de ida.

pisto.

4 comentarios

  1. sipisto

    Hubo un tiempo que en Iberia, en primera clase (que no en preferente), la comida era decente. Hablamos del 96 y antes. Cosas sencillas en cuanto a elaboración, pero de calidad: que si un solomillo que te trinchaban allí mismo, que si una latita de caviar, que si una buena selección de quesos. Ahora, ya ni eso.

    También diré que mi primer Meursault lo descubrí abordo de un vuelo de la British.

  2. pisto

    Qué bueno eso que me cuentas del Meursault. La verdad es que los viajes se han popularizado tantísimo que ahora viajar ya no tiene esa consideración elitista de antaño (afortunadamente, diría).

    Antes, supopngo, se disfrutaba tanto con el destino como con el viaje, y de ahí esos lujos como los del Meursault y el caviar.

    Claro que por la diferencia entre un vuelo en Turista y otro en Primera te da para una buena cantidad de caviar, según el destino.

    pisto.

  3. Positivas muy pocas. Si acaso un cuscus que tomé en el avión Barcelona-Tunez, que no era para lanzar cohetes pero que, al menos por comparación, no salía mal parado.

    Entre las malas, hay una especie de estofado de buey, o de suela de zapato, no lo tengo claro. En un vuelo nocturno Nueva York Barcelona con Iberia, aunque el cátering, lógicamente, era americano. Dantesco. Y eso que yo me atrevo con casi todo.

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