Superadas las primeras y necesarias semanas de lluvias, nos acercamos como todos los otoños a nuestros bosques favoritos para ver como venía la temporada setera. Y aunque de momento no esta siendo muy fructífera lo cierto es que los caminos andaban repletos de familias armadas con cestas, navajas y bastones.
Nuestra búsqueda no ha sido muy fructífera y tras un par de horas de pateo nuestra cesta apenas mostraba ocho níscalos, un boleto y una decena de setas de cardo.
Suficientes para realizar una reconfortante tortilla que nos compensa de los madrugones, pateos y sinsabores de este año de sequía. A ver que tal viene el próximo noviembre.
Nopisto
Pues en el centro -me refiero a Cuenca- sí que llovió la semana pasada. Yo este finde no he salido de Madrid, así que espero con avidez el regreso de mis padres con, espero, mucho níscalo debajo del brazo. A ver si consigo la receta de Sacha de sus patatas con níscalos que son impresionantes.
Yo tengo una buena receta de patatas con níscalos aunque no creo que sea exactamente la de Sacha. A ver si puedo contactar con él o con alguno de sus apóstoles y consigo su receta.
Con unas patatas confitadas con laurel y ajo, con la seta salteada con ajo y con yemas de huevo frito por encima están buenos -contasta la untuosidad de la yema con la textura basta del níscalo-.
Senderuelas,lepiotas y boletus para aburrir este fin de semana en la zona de Cebreros(Avila), los boletus suavemente pasados por la sarten con un poco de mantequilla,pizca de pimienta negra,trocito de foie , flamberar con coñac y ligar,tomar con un clarete de Corella………y siesta
De momento no he conseguido la receta de Sacha, pero la que yo hago es la siguiente:
se rehoga cebolla, se fríen con ella un poco las setas en lonchas grandecitas, se agrega patata en rodajas, zanahoria y tiras de pimiento verde con el agua, sal y -muy importante- un majadito de ajo, perejil y hebras de buen azafrán de la Mancha, y a cocer hasta que las patatas estén tiernas.
Este no ha sido un buen año para las setas, poca lluvia y mucho calor. Pero salir al monte ya es bastante recompensa para un fin de semana lejos de la ciudad. Y si se puede terminar con una buena cena de pimientos rellenos de setas y un buen vino… pues mejor todavía.