Día Cuatro: Cheval Blanc, La Conseillante, Angelus.
Nos habíamos acostado a eso de las 12:30, y como nuestra traductora unilingüe nos había dicho que el camino desde Pauillac hasta Saint Emilion era largo, nos pusimos en pié antes que el sol, a eso de las seis y media, y poco más allá de las siete estábamos en el fumadero de opio sobre ruedas camino de Cheval Blanc. No contábamos, claro está, con 90 kilómetros de atasco casi continuo. Terminamos llegando a Cheval Blanc con casi media hora de retraso sobre la hora concertada para nuestra primera visita. Y eso que en Cheval Blanc nos habían rogado puntualidad encarecidamente. En fin. Tras pedir disculpas, nuestra rechoncha guía nos dice que no nos preocupemos, que ya contaba con nuestro retraso teniendo en cuenta que éramos españoles. Escabroso comentario en el original ha sido omitido para evitar problemas legales.
En las escaleras de acceso a la bodega, mientras tomábamos las primeras fotos, tuvimos la fortuna de tropezarnos con Lurton, el individuo a cargo de la vinificación del vino. Nuestra guía nos muestra el viñedo que rodea la bodega y nos indica las diferentes propiedades que se divisan enfrente. La Conseillante justo enfrente, Petrus un poco a la derecha sobre una plataforma de barro.
Una vez terminada la clase de micro-geografía, nos adentramos en la bodega donde comprobamos que en Cheval Blanc son bastante tradicionalistas, pues siguen usando depósitos de cemento recubiertos de resina, muy del estilo de los que habíamos visto en Cos d’Estournel. El parque de barricas está muy ordenado y bastante limpio y, allí mismo, nos sirve una copa de Cheval Blanc 2001.
Cheval Blanc 2001: inicialmente muy floral y un poco alcohólico. Fruta negra muy madura, profundo y mineral, equilibrado pero no demasiado intenso. Boca de ensueño, dulce, buena acidez, final ligeramente amargoso pero muy aterciopelado. 88 puntos y la sensación de que habría estado mucho mejor con cuatro o cinco grados más.
En efecto, en Saint Emilion hacía un frío de cojones a las diez de la mañana de aquel miércoles de febrero. Subimos a una terraza que tienen sobre la sala de barricas, desde donde había una visión bucólica de los viñedos entre la neblina matinal, pero donde el frío de cojones se convertía en un frío de tres pares de los mismos. Aprovechamos para hacer unas fotos y para recoger las babas que Gastón iba dejando tras nuestra anfitriona. Hay gustos que…
Como vimos que no nos iban a sacar más añadas, ni siquiera algo de pinchar (que aprendan de los riojanos, que sacan un cachu queso o unas rodajas de chorizo), nos largamos en pos de La Conseillante.
Capítulos anteriores:
INDICE DE CAPITULOS:
Capítulo 1: El viaje
Capítulo 2: Lafite Rothschild
Capítulo 3: Chateau Latour
Capítulo 4: Mouton Rothschild
Capítulo 5: Cos d’Estournel
Capítulo 6: Leoville Barton
Capítulo 7: Chateau Margaux
Capítulo 8: Chateau Cheval Blanc
Capítulo 9: La Conseillante
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