Estos matacandiles (coprinus comatus) aparecieron tan campantes el domingo por la mañana en el jardín de la casa de mis padres. Ante el escepticismo de estos busque entre mis libros y apuntes micológicos para descubrir que es una seta muy apreciada por su dulce y sutil aroma, similar a los champiñones.
Así que con una navaja y mucho cuidado procedí a cortarlos para poco después saltearlos con ajo y guindilla y hacerme un revuelto que todavía estoy saboreando.
Cuentan las enciclopedias que esta seta crece en jardines, praderas, escombreras y zonas abonadas, así que es probable que las encontreis incluso los que no salís al campo. Lo único que teneis que tener en cuenta es que no sea una zona frecuentada por coches o tratada con herbicidas ya que esto convierten las setas en tóxicas.
Es importante comerla pronto porque rapidamente va soltando tinta (antiguamente se usaba para escribir) y se pone negra. La única forma de retrasar este proceso es cortándole el tallo nada más cogerla.
Nopisto
Cierto, este año lo de salir al campo a coger setas va a estar muy complicado.
Aunque me cuentan que por Cataluña ya se están poniendo las botas.
Por aquí las llamamos «apagallums», un placer de pocos, ya que corre la leyenda de que son tóxicas, sólo lo són cuando están demasiado crecidas o ya abiertas 🙂
Tiene su lógica, e imagino que matacandiles es una buena traducción.