Supongamos que tienes cien euritos para fundirte en una buena comida. Por persona, claro. ¿Acaso no puedes ir a uno de los mejores restaurantes de tu ciudad y comer sin límite?. Es cierto que la gran restauración está hoy por encima de esos límites monetarios, pero no me discutiréis que, por cien euros cada comensal, se puede comer mucho más que estupendamente.
Entonces, ¿por qué cuando vas a una boda comes tan mal? Los cubiertos de boda andan por esos precios, y la comida suele ser regular tirando a lamentable. Los vinos suelen ser de la gama más baja y, en la mayor parte de las ocasiones, comprados al por mayor y almacenados en malas condiciones, con lo que cuando llegan a la mesa están literalmente cocidos.
Os lanzo una pregunta, ¿recordáis alguna boda que fuera especialmente brillante? ¿por qué?. ¿Y lo contrario (alguna boda especiamente lamentable y por qué?). Para romper el hielo, os contaré de una boda a la que asistí en un mes de mayo en un establecimiento especializado en atracos de bodas y banquetes. Hacía mucho calor, y el establecimiento vertía sus aguas negras a un arroyo cercano, con tan mala suerte que la sequía hacía que no hubiese corriente en el citado arroyuelo. La peste en el jardín exterior del local era espantosa.
Tras un olvidable plato de entremeses, trajeron un pescado congelado sepultado en salsa y excesivamente salado. El pescado lamentable. La salsa con grumos de harina. Y, para redondear, un cordero que había muerto de viejo y unas hojas de lechuga del color de la clorofila. Ah, y el camarero que servía de la bandeja, sudaba como un perro y le iban cayendo las gotas de sudor desde la punta de la nariz hasta la bandeja del cordero. Cien euros por comensal, oiga.
pisto.
Ciertamente, todavía no entiendo cómo se pueden pagar 100 euros o mucho más en uno de esos banquetes-atracos. Claro que, teniendo en cuenta que esa pasta no la pagas por la comida, sinó por la entrañable parafernalia que rodea ese tipo de eventos (música nupcial, baile, pastel de boda y el entrañable sable para cortarlo, etc), tampoco es tanto. Y lo bonito que queda el video después? (tormento de vecinos, amigos y fammiliares).
Un banquete de boda brillante?. Sin duda el mío, pero no lo voy a contar aquí.
Ciertamente, todavía no entiendo cómo se pueden pagar 100 euros o mucho más en uno de esos banquetes-atracos. Claro que, teniendo en cuenta que esa pasta no la pagas por la comida, sinó por la entrañable parafernalia que rodea ese tipo de eventos (música nupcial, baile, pastel de boda y el entrañable sable para cortarlo, etc), tampoco es tanto. Y lo bonito que queda el video después? (tormento de vecinos, amigos y fammiliares).
Un banquete de boda brillante?. Sin duda el mío, pero no lo voy a contar aquí.
ME HAS TOCADO LA FIBRA SENSIBLE.
Emitiré mis comentarios dentro de un mes y medio.
En los únicos banquetes nupciales en los que he comido medianamente bien ha sido en el de mis dos primas, que tuvieron el acierto de elegir unos salones para bodas y demás celebraciones que la gente de El Caballo Rojo tienen en Córdoba. Buenos canapés, nada típicos, y la comida, al menos, aceptable, que ya es mucho. Aunque supongo que barato no sale.
Otra opción es realizar una celebración reducida (7 invitados es un buen número) y de esa manera te puedes ir a tu restaurante preferido y comer a la carta. La unica molestia será la de reservar con antelación.
La última es ser heredero de una gran fortuna, miembro de la realeza o cosa por el estilo, pero no es el caso.
Yo creo que se puede comer francamente bien en una boda, y tengo algunas experiencias al respecto, incluso propias. Pero requiere de unas cuantas condiciones inexcusables:
a) Invitar a no demasiada gente (50-60 personas puede ser un número razonable. Nunca mas de 100)
b) Organizarlo en un local propio (casa, jardín, etc)
c) Contratar a un catering de calidad, de los que afortunadamente ultimamente abundan.
d) Tener mucho sentido común a la hora de elegir el menú (hay cosas sencillamente imposibles) y carta blanca para elegir los vinos
e) Gastarse mucho dinero (esos 100-125 € por persona).
Por eso estoy seguro de que el de la fibra sensible va a triunfar por todo lo alto…
Claro, el gran misterio es porqué cuesta mas un banquete de boda que cerrar La Broche (por poner un ejemplo). Pero en el fondo no es un misterio, sino la explicación de porqué se ganan esos dinerales que se ganan organizando bodas, banquetes y caterings en general. Parece ser que algunos afamados restauradores en realidad viven de eso, y no de sus afamados restaurantes…