Si el año pasado por estas fechas, a raíz de la publicación del número 169 del The Wine Advocate, publicábamos un comentario a propósito de los primeros cinco vinos españoles que alcanzaban la mítica cifra de los «Cien Puntos Parker».
Este año, con la publicación del número 175 de la misma publicación, no son cinco sino dos los vinos que han obtenido la mítica cifra. En concreto, se trata de Clos Erasmus 2005 y Contador 2005, dos vinos que en la añada anterior ya habían obtenido la máxima puntuación el año pasado.
Puede parecer que pasar de cinco a dos es una mala noticia. Pero la realidad es que el número 175 va a ser una bendición para muchísimas bodegas españolas, pues el número de vinos con puntuaciones de excepción es elevadísimo.
Si el año pasado eran 41 los vinos con más de 95 puntos (96 ó más), este año son 53. Si ponemos el listón en los 90, este año hay 488 vinos con más de 90 puntos (91 ó más) por los 300 del año anterior. Con 90 puntos ó más, las cifras son similares (656 por 443). No lo olvidemos, la cifra mágica es el 90 puesto que un vino con más de 90 puntos Parker ve allanado su camino a las copas de los consumidores en todo el mundo.
La verdad, al aficionado español, poco o nada le va en ello. La mayor parte de los que disfrutan con una copa de vino en nuestro país no han oído hablar de Parker, ni falta que les hace. Probablemente, los que cualificamos como enochalaos leeremos las notas con interés, y nos sorprenderemos de ver vinos totalmente desconocidos, algunos de los cuales no tienen (apenas) distribución en nuestro país. ¿Alguien puede encontrar «Espectacle del Monsant 2004» en su ciudad? ¿Noguerals Abellars 2004? ¿Sierra Carche 2005? ¿Antonino Izquierdo 2005? ¿Terra de Verema Corelium 2005? ¿Pico Madama 2005?. Pues todos ellos han sido calificados con 95 ó más puntos.
Además, se pone de manifiesto la influencia que puede llegar a tener el mercado estadounidense sobre los vinos españoles. Muchos de estos vinos son selecciones especiales realizadas por un pequeño conjunto de importadores estadounidenses de vino español, con Eric Solomon (European Cellars) y Jorge Ordóñez (Fine Wines from Spain) a la cabeza. Y es que estos importadores estadounidenses han sido como el maná para muchas bodegas, algunas de ellas carentes de medios técnicos, otras carentes de viabilidad comercial para proyectos de calidad, que han visto como un importador foráneo capaz de mover muchas cajas de vino y el dominio de las relaciones públicas, les ha abierto una ventana por la que despuntar. Y, ahora, tras una buena puntuación Parker, verán como los distribuidores españoles se interesan por sus vinos.
Ya hay quien ser pregunta si es justo que no se caten vinos de ciertos importadores estadounidenses y que se cate todo lo que ofrecen otros. Nosotros ya nos preguntábamos el año pasado si no se estaría quedando corta la escala por arriba. Y este año nos reafirmamos en nuestra percepción. Algunos de esos vinos catados nosotros los valoramos entre tres y cinco puntos por debajo de las puntuaciones de Jay Miller. Puntuaciones que están ahí para quedarse y que ojalá sean un gran punto de partida para las bodegas españolas.
pisto
Hace unos días, leyendo el blog de «capítulo 0», leí que 3 vinos gallegos tintos acababan de ser honrados con una buena puntuación en la lista de Parker.
Son 2 Ribeiras sacras: El pecado 2005 y Algueira 2005 y un Monterrei: A trabe 2005.
Acaban de recibir 98 puntos en el caso «El pecado» y 97 en «A trabe 2005»,
Del Algueira no sé la puntuación.
Pero es un hecho insólito que los vinos tintos gallegos, salgan a flote.
Ummmm!!, sólo dos cienes. Los vendedores sin escrúpulos no tendrán esta vez tantas posibilidades de aplicar su habitual factor multiplicador en el precio.
cuatroespecias,
es cierto lo que dices, y refrenda mi tesis principal. Los dos vinos con 98 y 97 son vinos de un joven viticultor llamado Raúl Pérez, quien también ha obtenido muy buenas puntuaciones con sus vinos del Bierzo. Son guías como The Wine Advocate, sin prejuicios respecto a ciertas zonas, las que han permitido a viticultores de zonas eufemísticamente llamadas «emergentes» tener un mercado muy interesante fuera de nuestro país. El otro vino que comentas tiene 90 puntos.
encantadisimo,
parece que este año el precio de El Pisón no subirá un 50% en 24 horas. Aún así, estas puntuaciones tienen un punto negativo para el consumidor de a pié. Los vinos bien puntuados incrementan su demanda y, a consecuencia de ello, su precio. Qué se le va a hacer. Quedan miles de vinos interesantes en el mercado.
pisto
No sé, yo estoy un poco confundido. Hay vinos de noventa y tantos puntos en esa lista que no entiendo en absoluto. O sea que Mr. Jay y yo debemos tener poco en común a la hora de disfrutar de un vino. Que al final es lo que importa.
Creo que Benjamín Romeo es el triunfador absoluto, ha metido sus cuatro tintos Predicador-93-, La Viña de Andrés, -98-, La Cueva del Contador-97- y Contador-100-, ninguna bodega en el mundo puede presumir de eso. Personalmente estoy enamorado de esos vinos, son de los pocos diferentes que hay en España, y desde aqui animo a todo el mundo a probarlos, la Cueva para mi es el mejor vino español, lo que ocurre que son vinos que hay que cuidar mucho, y beberlos unos meses despues de su embotellado, y decantarlos con la paciencia que escanciariamos un Oporto.
Felicidades a este viticultor
Ligasalsas,
yo también tengo mis dudas sobre ciertos vinos, sobre todo porque muchos de los vinos puntuados entre 90 y 95 a mí me parecen vinos técnicamente correctos pero que cortados por un perfil que no es el mío (y tampoco soy precisamente un talibán defensor de los vinos clásicos).
Juan Carlos,
gracias por tu aportación. Es verdad que Benjamín Romeo tiene motivos para estar contento, aunque Raúl Pérez no lo ha hecho mal del todo (y eso que tiene una cla que es de las de salir huyendo).
No obstante, yo he tenido muy mala suerte con los vinos de Benjamín. Aunque un La Viña de Andrés Romeo me salió muy bueno y muy elegante, dos botellas de La Cueva del Contador 2001 salieron fatal, y eso que las compré en una tienda de total reputación al poco de salir al mercado. De hecho, la segunda botella fue una reposición de la primera. Es un problema conocido de los vinos de Benjamín y quien compra una botella juega un poco a la lotería. Parece que hay botellas magníficas y botellas imbebibles. Para mí, los 50 euros que cuestan sus vinos resultan demasiados para jugar a la lotería, pero me consta que hay fervientes admiradores de su buen hacer que sí están dispuestos a correr el riesgo.
He tenido la suerte de catar este fin de semana, uno de los vinos gallegos que ha sido destacado por Parker.
El ALgueira. La verdad, fué una suerte, ya que fué un regalo.
Pero…no sé, no acaba de convencerme.
No está mal, pero no está dentro de mis preferidos.
Tal vez, deba educar mi paladar más para porder apreciarlo, como se merece.
Supongo que en esto hay gustos para todos.
Con respecto a lo que dices de la escala, creo que es el momento de que la revisen. ¿Qué tal ampliarla hasta los 110 puntos? O mejor: duplicar la escala (hasta 200) y abrir así una especie de carrera de camellos que sería más emocionante. Y sería un puntazo para mucho coleccionista: hablar de un 200-pointer es siempre más impactante que hablar de un simple 100-pointer.
Hala, me voy a buscar vinos que no hayan sido puntuados…
Muchos de vosotros estais en otra galaxia para mi. Cincuenta euros por una botella de vino!(como poco claro) Totalmente fuera de mi alcance y aunque asi fuera, creo que no me compensaria. Creo que en este mundo hay mejores inversiones, pero es solo una opinion por supuesto. Ahora empiezo a entender lo de la enochaladura Pisto, gracias por tu honestidad. Quien ha dicho que hay crisis?
Cuchillero
(texto sin tildes, sorry)
Sobrevino,
uno de los placeres de un buen enochalao es precisamente el de encontrar vinos desconocidos y hasta no puntuados. Pero no me negarás que el asunto de los puntos Parker no es digno de generar conversación, que es de lo que va un blog.
Enric,
no te creas que todo es una cuestión de vinos caros. En la última semana he bebido varias botellas de riesling Kabinett alemán el más caro de los cuales rozaba los 12 euros en tienda (y los había de 8 euros) y algún tinto del Loira que no llegaba a los 18, pese a ser de un elaborador de renombre y una añada mítica.
Eso no quita para que los enochalaos disfrutemos juntándonos con amigos y compartiendo buenas -y a veces caras- botellas. Pero el que busca el placer en el vino a través del precio de la botella, va a pagar un precio muy alto, porque los vinos más demandados del mundo cotizan en los 3000 ó 5000 euros la botella. Cuestión de dinero y ganas de gastarlo, supongo.
Fair enough Pisto como dicen por mis lares. Ya se que esto puede sonar un poco raro, pero esta forma de conocimiento, me refiero a la enologia, puede ser analizada con el mismo rigor que cualquier otra forma de conocimiento empirico y aqui se abre un horizonte muy estimulante de debate, eso si, solo para aquellos dispuestos a ir mas alla de los circulos habituales de discusion sobre la cata. En caso contrario, volvemos a la experiencia mistica, simplemente inconmensurable.
Yo lo que no termino de entender es que se puntúen con 97 o 99 o vinos que están para dejar en botella un buen tiempo para poder disfrutarlos plenamente. Supongo que parte de la calidad de un vino es su capacidad de guarda, y que se puntúa ese potencial. Pero el que se deje una pasta gansa para abrir alguno de ellos me parece que se iba a llevar una decepción.
De vinos no se nada lo q se es que mezclo el vino balco
con ginger ale, para opagar el sabor, pero me imagino que para los conocedores es una delicia.