Tremendo descubrimiento el de este pequeño gran queso gallego. Para dar la razón a los que opinan que los quesos son, junto a los vinos, una de las señas del refinamiento humano.
Con forma de tetilla (¿será afrodisíaco?), de corteza entre amarilla y anaranjada, y con un interior firme, elástico, con el punto justo de sal y un final suavemente ahumado, es un queso de esos que gustan a todo el mundo, incluso a esos «amantes del queso» que nunca salen del Manchego.
Googleando, he descubierto que se elabora con leche cruda de vaca autóctona gallega, y que el ahumado se realiza con madera de abedul, periodo tras el cual se guarda unas 7 semanas hasta que es puesto a la venta. Desde no hace mucho, tiene Denominación de Origen con siete queserías registradas.
Se puede comer a cualquier hora, como aperitivo en bastoncillos, tras la comida con un poco de un buen dulce de manzana (si es casero, mejor) o usarlo para un gratinado. Su precio, en torno a los 12 euros el kilo, aunque se suele vender por piezas enteras (en torno a los 800 gramos) o por medios.
pisto.
veo ke eres un gran aficionado a los descubrimientos gastronomicos tarde pero nunca me puse en contacto contigobonita pagina
Pues tienes que probarlo en ensaladas tíbias, como por ejemplo con unos langostinos, o con una trucha o un salmón marinado y una pizca de eneldo fresco. Antológico. Y si quieres tener una experiencia puramente galaica y muy poco conocida, simplemente pruébalo con un buen chorizo casero de Valdeorras, si consigues hacerte con uno.
En mi opinión es uno de los grandes quesos de la Península, a la altura de mis otros preferidos: Idiazabal, Queijo da Serra (Serra da Estrela, Portugal) o la Torta del Casar. No por menos conocido desmerece ante ninguno de ellos.